Un Somiedo de cuento


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HISTORIAS BAJO TEITOS

Veigas (Somiedo), V. DÍAZ PEÑAS (La Nueva España, 22 de Mayo de 2009)

Un Somiedo de cuento

Los escolares somedanos y sus maestros, junto a los participantes en el filandón celebrado ayer en el Ecomuseo de Veigas.

En la foto, Alegría Feito y Santina Fidalgo, con los escolares participantes en el filandón.

UN SOMIEDO DE CUENTO

Dieciséis escolares de Somiedo tuvieron ocasión ayer de conocer su pasado a través de la historia de viva voz narrada por dos mujeres de otra generación. El Ecomuseo de Veigas se sumó así a la celebración del “Día Internacional de los Museos” y los escolares se acercaron a tiempos que ya les resultan lejanos. El encuentro sirvió para trasmitir y enseñar a los escolares de Somiedo sus raíces y unir dos generaciones distintas en un mismo acto. Este fue uno de los objetivos del filandón celebrado ayer en el Ecomuseo de Veigas dentro de los actos del Día Mundial de los Museos. El acto, en el que participaron 16 niños de tercero, cuarto, quinto y sexto de Primaria, y sus maestros; fue organizado por el Ecomuseo, en colaboración con la red de museos etnográficos de Asturias y el programa rompiendo distancias del área de servicios sociales del Ayuntamiento de Somiedo.

Alegría Feito y Santina Fidalgo, dos mujeres mayores pero jóvenes de espíritu, participaron en esta reunión en la que explicaron a los pequeños el motivo y las características del filandón, una tradicional reunión en la que además de trabajar, se contaban historias y cuentos y se transmitía una cultura ancestral y arraigada: la somedana. Las mujeres recordaron tiempos pasados, y los niños, boquiabiertos, escucharon historias, cantares, juegos e incluso bailes.

Los escolares, se acercaron un poco más a sus propias raíces. Y lo hicieron como antaño, bajo un teito y conversando en su dialecto.

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A la entrada del castillo suele haber un par de señoras con ganas de conversación, que preguntan a quienes suben a visitarlo qué les parece el paisaje; luego añaden que Feria se llena en los fines de semana. La torre del Homenaje impresiona con sus cuatro pisos, ofreciendo desde lo alto una espléndida vista de las posesiones que tenían los duques de Feria en la comarca de Tierra de Barros. Así lo dice la copla:

«Madrecita quien tuviera

la tierra que se divisa

desde el castillo de Feria»

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La importancia estratégica del lugar queda demostrada por el hecho de que ya los romanos edificaron aquí una fortaleza sobre la que los árabes, en tiempos de Abderramán II (siglo IX), levantaron la suya. Luego, en 1460, el segundo señor de Feria mandó construir la actual torre y el recinto amurallado.

En el pueblo se conservan rincones encantadores, como la plaza de la Cruz, casi siempre llena de flores, donde se alza una cruz en piedra y hierro. La iglesia dedicada a San Bartolomé, patrón de Feria, cuya estatua figura en el arco de entrada, se levanta en uno de los laterales de la plaza porticada, donde también se encuentra el Ayuntamiento. Feria es famosa por sus fiestas de la Santa Cruz, una de las más antiguas de Extremadura, en las que se realizan cruces que se visten de flores y se pasean por las calles en procesión. En la noche del día 2 de mayo se escenifica La entrega, una pieza de teatro religioso que recuerda el hecho legendario de la búsqueda del lignum crucis por Santa Elena, en la que se recitan antiguos cantos de influencia árabe. La primera vez que se representó fue en 1545, cuando con motivo de las bodas de uno de los duques, Pedro Fernández de Córdoba, con Ana Ponce de León. éste quiso que se recordara todos los años la fecha del nacimiento de su esposa, un tres de mayo. A ella, debido a sus virtudes, los campesinos acabaron llamándola la Santa Condesa.

En un extremo de Feria queda la blanca ermita de los Mártires y, en las cercanías, el embalse de la Albuera, con fama por sus tencas. Abundan los encinares y son numerosas las piaras de cerdos. En los alrededores podemos encontrar el dolmen de la Casa del Monje, en las afueras de Feria. Ruinas del convento de San Onofre, en La Lapa a 11 kilómetros. Zafra a 19 kilómetros, con el alcázar, actual Parador y un casco antiguo donde destacan la Plaza Chica, llena de gente los fines de semana, la iglesia de la Candelaria y el convento de Santa Clara.

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